miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cayastá

Don Juan de Garay, después de enrolar asunceños y de dar validez jurídica a su acción de colonizador, embarcóse el 13 de abril de 1573. Navegó primero por el río Paraguay, después por el Paraná aguas abajo hasta el río San Javier o río de los Quiloazas.
En la margen derecha, los expedicionarios encontraron una tupida vegetación y les pareció el lugar adecuado para "abrir puertas a la Tierra".
El domingo 15 de noviembre después de escuchar misa, el fundador plantó el rollo (un árbol sin ramas que servía de horca y garrote) en el solar llamado Cayastá, para significar que regía la justicia y la autoridad de la corona.
Si bien el acta ha desaparecido, se conoce por reproducción de un documento del año 1700, que dice así: "Yo Juan de Garay, Capitán y Justicia mayor en esta conquista y fundación del Paraná y Río de la Plata, en nombre de la Santísima Virgen Santa María, y de la universidad de Todos los Santos, y en nombre de la Real Majestad del Rey Don Felipe, fundo esta ciudad de Santa Fe en esta provincia de Calchines y Mocoretaes, por parecerme que hay en ella las partes y las cosas que convienen para la perpetuación de dicha ciudad, de agua y leña y pastos que quiera, y cosas y tierra y estancias para los vecinos y moradores de ella...
El trazado que dispuso Garay comprendía once manzanas de frente por igual cantidad de fondo, otorgándole un cuarto de manzana a cada un de los 65 asunceños, reservando el centro cuadriculado para erigir la Plaza Mayor, circundada por el cabildo, la iglesia y las viviendas de ello, los hispánicos.
Se construyó de inmediato la empalizada defensiva, pues rodeaban el lugar tierras desconocidas donde se enseñoreaban los indígenas.
El sitio elegido era una zona muy rica en campos de pastoreo y de fácil acceso por el río, adquiriendo gran importancia por ser la escala obligada en la ruta a Asunción. Pero no resultó el más apropiado debido a las enconadas luchas de los aborígenes, que si bien en un principio se mantuvieron alejados, pasado un tiempo comenzaron las embestidas y saqueos.
Tan serias dificultades más las repetidas crecientes del río que inundaban la aldea, fueron causas de su lento progreso y de que los habitantes comenzaran a ver la necesidad de trasladarse a otro sitio. Así fue como el 21 de abril de 1649 el procurador Gómez Recio Solicitó al Cabildo permiso para su traslado.
Resuelto el pedido poco a poco los pobladores abandonaron la primitiva ciudad de Cayastá para asentarse a orillas del río Salado dándosele el nombre de Santa Fe de la Vera Cruz. (1653)
Las tierras en que fue refundada la ciudad pertenecieron en su origen a don Juan de Garay, quien partió de allí en 1580 para fundar Buenos Aires. Por herencia pasaron años después a Hernando Arias de Saavedra, llamado fácilmente Hernandarias.
El primitivo emplazamiento de Santa Fe fue declarado Lugar histórico por Decr. N°112.765 del 4 de febrero de 1942.Seis años después bajo las aguas del río San Javier, un greupo de arqueólogos rescató miles de fragmentos l de ese   primitivo emplazamiento develando  los secretos de  su historia.

Como durante los siglos XVI y XVII no hubo en aquella región otra ciudad de españoles que Santa Fe, el descubrimiento de las ruinas de Cayastá, vino a confirmar lo que una tradición más que secular había afirmado con respecto al emplazamiento en Cayastá de la primitiva Santa Fe, fundada por Don Juan de Garay en 1573."

martes, 22 de noviembre de 2011

Los Jesuitas

Reducciones
La primera reducción fue fundada en 1610 por los Padres José Cataldino y Simón Masseta, en el Guayrá, en la ribera izquierda del río Pirapó. Emigra en 1631 junto con San Ignacio y otros pueblos conducidos por el Padre Antonio Ruiz de Montoya a las márgenes del arroyo Yabebirí. Después de algunos asientos provisionales, se establece, en 1686 en el lugar donde hoy quedan los restos de sus ruinas.


Expulsión de los jesuitas de América

La orden de la Compañía de Jesús debió soportar los embates de una campaña en su contra en Europa. España fue insensible a esa campaña que llegó al punto culminante a mediados del siglo XVIII. El conde de Aranda, ministro de Carlos III, hizo valer su influencia sobre el monarca español, acusando a los jesuitas de intentar un predominio por encima de la Corona, de injerencia en asuntos de Estado y política y de explotación económica para ejercer influencia hegemónica. Finalmente, en 1767, el rey decretó la expulsión de los jesuitas de toda América. Las misiones quedaron a cargo de otras órdenes religiosas y de funcionarios laicos que resultaron impotentes para mantenerlas en el ritmo de orden y producción anteriores. La orden de la Compañía de Jesús también fue suprimida en toda Europa, excepto Prusia y Rusia. El Papa Clemente IV suprimió la orden en 1773.

Luego de la expulsión de los jesuitas, los indígenas, sin la madurez necesaria, no pudieron mantener los hábitos de trabajo adquiridos en las misiones, al tiempo que se hizo evidente la primacía de los intereses particulares sobre los naturales. En consecuencia, en poco 
tiempo la población de las misiones se redujo sensiblemente y la obra misionera prácticamente se perdió.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Los guaraníes

CARACTERISTICAS DE LOS GUARANIES

Costumbres
·  Acostumbraban al cola yuta: sin vestidos.
·  Las mujeres usaron taparrabos llamados tanga.
·  Más adelante, con la conquista, se impuso el tipoy, una especie de camisola sin mangas con dos aberturas laterales para pasar los brazos.
·  Hombres y mujeres se pintaron el cuerpo, por lo general para la guerra, para galantear, etc.
·  Los varones usaron plumas en la cabeza, brazos y tobillos.
· Obedecían a un cacique que ascendía hereditariamente.
· Eran polígamos, pero como era obligación dar todas las comodidades a las mujeres, sólo ejercían los más acaudalados. 


Viviendas

Al ser sedentarios podían construir casas comunitarias hechas con troncos y hojas y en ella habitaban varias familias relacionadas. Las aldeas se formaban con 4 y hasta 8 casas, y se rodeaban con empalizadas.

En las regiones guaraníes del norte, las casas eran más pequeñas, cilíndricas y con paredes de barro y paja.

Características laborales 

Existen dos formas en las que los MBY'A se contratan para prestar servicios:

1- El trabajo individual que puede desempeñar cada individuo en la sociedad, de peón rural.
2- La otra forma es cuando todo el grupo resulta contratado para el cumplimiento de una labor general actuando en ése caso el líder en calidad de encargado para recibir el dinero y luego distribuir entre las distintas familias nucleares que constituyen el grupo.
Dichas prestaciones de servicios están impuestas por el mercado, son los varones adultos los que tienen mayores oportunidades en las tareas agrícolas ocasionales (changas durante las cosechas).
Guerreros
Usaron arco, flecha y macanas. Los arcos eran gigantes, llegaron a medir hasta 2 metros de largo. Las flechas de guerra eran de huesos humanos. Usaron para sus viajes grandes canoas.

Religión

Eran monoteístas y su dios fue Tubá, creador de todo lo existente. También fueron animistas, o sea que el mundo de los vivos estaba rodeado por espíritus buenos o malos que aparecían bajo formas humanas o animales.
Chaman o sacerdote: es el chamán un sacerdote dotado de poderes sobrenaturales, que tiene el poder de hacer llover, adivino, profeta,  hechicero, sabio, médico, jefe espiritual de la comunidad y director de danzas y ceremonias. El poder del chamán es muy grande, entra en comunicación con los espíritus buenos y malos y defiende a su comunidad contra aquellos que son malos.
Actualmente, las tribus amazónicas siguen considerando al chamán como una fuente de respeto y poder.
Los cadáveres eran depositados en grandes tinajas de barro; luego ponían sus efectos personales y al final la cerraban con un plato y enterraban la urna.
La religión de los guaraníes actuales puede ser definida como inspiración sacra mentalizada en el canto y la danza dirigida por el cacique o líder.
La religión guaraní, que todavía perdura entre algunas personas, es muy elaborada y se basa en una cantidad de mitos, muchos de los cuales se transmiten en forma de cantos sagrados. Cuentan la historia de la creación de la Tierra; el origen de los animales, las plantas, los hombres, la organización social, y las andanzas de los dioses.
Los guaraníes creen en un dios creador (cuyo nombre varía según los grupos), que inventó el lenguajemujer. A su vez, estas parejas de dioses tuvieron hijos que también fueron dioses. humano, hizo la Tierra y dio vida a cuatro dioses principales que completarían su creación: el fuego, el de la primavera y el rocío, el del sol y el trueno y las lluvias, cada uno con su
Creen también un Paraíso y una Tierra Sin Mal, un lugar donde no existe la enfermedad, la muerte ni el sufrimiento (hicieron larguísimas migraciones por la selva buscando esa tierra).
Tienen una gran cantidad de bailes y canciones religiosas para dirigirse a los dioses, y rezos individuales que hacen quienes buscan la perfección del alma
Los guaraníes creen en la vida después de la muerte, por ello proveen al muerto de lo que necesitaría en la otra vida.
Culto a los muertos: para los guaraníes el espíritu de los antepasados y de los héroes míticos están siempre vivos en el seno de la comunidad, no solo simbólicamente, sino realmente habitan en los adornos que los representan; existen relaciones muy estrechas y continuas entre la comunidad de los vivos y la de los muertos, que se manifiesta en la ayuda mutua, los muertos los proveen de alimentos, les enviaban la lluvia, velan por su bienestar y los estimulaban en la guerra, en cambio éstos, aparte de los ritos, ofrendas y vengar a los muertos en honor a ellos celebraban una gran fiesta anual.


LA VIDA DE LOS GUARANIES CUANDO LLEGARON LOS JESUITAS

Los jesuítas tienen una linda pero trágica historia en común con el pueblo guaraní. La conquista del lado suratlántico de América, de la región del Río de la Plata, fue una empresa lenta que se enfrentó a indígenas medianamente belicosos pero que se intentó innumerables veces más por una falta de organización en las empresas (demasiado individuales y fantasiosas) que por una resistencia poderosa de los pueblos indios; de hecho no se tuvo que enfrentar a ninguna civilización organizada sino a relativamente pacíficos guaraníeslos guaraníes eran la población más numerosa de toda América del Sur a la llegada de los españoles (eran más numerosos que el pueblo inca), pero estaba tan poco civilizada y preparada para las guerras que los españoles una vez organizados la colonizaron muy rápidamente. Juan de Garay fundó Buenos Aires y Juan de Ayolas, Asunción. Remontar y colonizar el Río de la Plata hasta sus orígenes les tomó más de cien años, en una tarea iniciada por Pedro de Mendoza. diseminados en todo el norte de la Argentina, el sur de Brasil, incluyendo al Paraguay y al Uruguay;
Los guaraníes no tenían entre ellos ni costumbres, ni tradiciones, ni religión comunes, pero sí en cambio, el fuerte nexo del lenguaje y del tipo racial: más bien bajo, bien proporcionado, de ojos achinados y piel “morena pálida”. Poseían una agricultura rudimentaria, viviendo sobretodo de la caza y la pesca, en chozas, aunque muy amantes de los desplazamientos. El padre tenía derecho de vida y de muerte sobre la mujer y los hijos, al igual que el cacique de cada tribu, con poderes absolutos, hasta que algún otro lo desplazara. Tenían una religión sin altares, ni culto, ni ofrendas: la clase sacerdotal no existía, tampoco tenían guías espirituales ni médicos. La única curación conocida era la de chupar la herida simuladamente. Los guaraníes eran bastante pacíficos: sólo en caso de necesidad extrema tomaban las armas contra los vecinos, no eran antropófagos bélicos, pero si comían (de vez en cuando) carne cruda. Dos características más: tienen una lengua armoniosa, y adoraban a las aves. Por todo esto se los calificó tiempo atrás como los "buenos salvajes" de Sudamérica, "les bons sauvages".
 
Los jesuitas fueron llegando al atravesar la cordillera, instalándose primero en Salta y luego en el Río de la Plata, pero sobretodo en el Paraguay, donde se hallaba reunida la mayor concentración de guaraníes y con quienes mantuvieron una larga y muy bella amistad, quizás por alguna afinidad común. Establecieron misiones, construyeron escuelas e iglesias, primero para los hijos de los colonos y luego para los indígenas, que asistían con inusitado entusiasmo. Con el pasar de los años los jesuitas se convirtieron en sus defensores, reclamando públicamente el término de la esclavitud sobre los indios y su libertad.

Ruinas de San Ignacio Miní

Visitamos las ruinas de San ignacio ubicadas en misiones y observamos un show nocturno acerca de la historia del Lugar y sus habitantes






"vivimos el momento como si hubiéramos estado ahí" 




Un poco más acerca de este lugar:


  • En la actualidad San Ignacio Miní es la mejor conservada de las misiones en territorio argentino. La planta de la misión es la común a la mayoría de las construidas por los jesuitas en la época: alrededor de una plaza central se distribuyen la iglesia, la Casa de los Padres, el cementerio, las viviendas y el cabildo. En la construcción de San Ignacio se empleó la piedra local, el asperón rojo, en grandes piezas. La dimensión de los trabajos ha permitido que, pese a años de deterioro, la mayor parte de los muros siga en pie.
  • San Ignacio, los restos de una civilización diseñada por jesuitas y construida por manos Guaraníes que descolló por su eficiencia hace casi 400 años y por eso mismo debió perecer. La fachada de su templo fue realizada íntegramente con arenisca rosada en 1610 y su diseño barroco americano fue reconstruido por un grupo de científicos durante el siglo pasado. Es que la reducción había estado sepultada bajo la jungla durante casi dos siglos.
  • Miles de turistas la visitan por año. Se encuentra en pleno centro de la localidad de San Ignacio, por la ruta número 12, a 60 kilómetros de Posadas. La pared derecha del templo hoy luce impecable, ya que durante el verano un grupo de especialistas la estuvo acicalando. Esto es posible gracias a que la World Monuments Foundation donó 50.000 dólares para que, paso a paso, se dejen relucientes todas las paredes de este monumento que, debido al clima tropical de la región, tiende a cubrirse de pequeños microoganismos que lo descomponen.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Palacio San Jose

El Palacio San José fue la residencia del primer presidente constitucional de Argentina y gobernador de la Provincia de Entre Ríos, general Justo José de Urquiza.
El Palacio San José, hoy Museo Nacional Justo José de Urquiza, se encuentra ubicado en el Departamento Uruguay de la Provincia de Entre Ríos. El mismo fue declarado Monumento Nacional por la Ley 12.261 el 30 de Agosto de 1935. En su articulo 2do se ordenó la instalación de un museo el que quedaría organizado totalmente, dos años mas tarde.  totalmente, dos años más tarde.
Su dueño original lo bautizó Posta San José, pero debido a la exquisitez, para la época, de su construcción, pronto los vecinos del lugar y los visitantes comenzaron a llamarlo Palacio San José.
Originalmente estaba emplazado en una estancia de 2.500 hectáreas, de las cuales 20 estaban destinadas a parques, jardines y una enorme quinta de frutales, en medio de los cuales se situaba el casco principal.

La obra demandó nueve años de trabajos, entre 1848 y 1857, y fue encomendada inicialmente al arquitecto italiano Jacinto Dellepiane, quien abandonó la obra a poco de iniciada. Ante esta circunstancia la obra fue confiada al arquitecto Pietro Fossati, quien fue asistido por su hermano de profesión escultor. La obra fue llevada adelante por tallistas, herreros, pintores y jardineros, todos traídos del extranjero especialmente para esta construcción.
La planta principal tiene 38 habitaciones de gran tamaño, dispuestas alrededor de dos hermosos patios. Tiene, además, dependencias de servicio, una capilla, cocheras, una pulpería, un palomar y hasta un lago artificial de unos 20.000 m².
El interior del Palacio estaba decorado con buen gusto y elegancia, con cuadros y murales como los del artista uruguayo Blanes, quien pintó una serie de batallas en las que participara el general.
En sus jardines hay bustos de hombres célebres como Napoleón, Hernán Cortés, Alejandro Magno y Julio César.
El Palacio San José contaba con servicios de aguas corrientes, que aún hoy funciona, cuya toma estaba en el río Gualeguachú, distante a 2 km. del lugar.
Allí vivió y también murió el general Urquiza, asesinado el 11 de abril de 1870. El dormitorio donde ocurrió el asesinato, fue transformado posteriormente por su esposa en oratorio.