Don Juan de Garay, después de enrolar asunceños y de dar validez jurídica a su acción de colonizador, embarcóse el 13 de abril de 1573. Navegó primero por el río Paraguay, después por el Paraná aguas abajo hasta el río San Javier o río de los Quiloazas.
En la margen derecha, los expedicionarios encontraron una tupida vegetación y les pareció el lugar adecuado para "abrir puertas a la Tierra".
El domingo 15 de noviembre después de escuchar misa, el fundador plantó el rollo (un árbol sin ramas que servía de horca y garrote) en el solar llamado Cayastá, para significar que regía la justicia y la autoridad de la corona.
Si bien el acta ha desaparecido, se conoce por reproducción de un documento del año 1700, que dice así: "Yo Juan de Garay, Capitán y Justicia mayor en esta conquista y fundación del Paraná y Río de la Plata, en nombre de la Santísima Virgen Santa María, y de la universidad de Todos los Santos, y en nombre de la Real Majestad del Rey Don Felipe, fundo esta ciudad de Santa Fe en esta provincia de Calchines y Mocoretaes, por parecerme que hay en ella las partes y las cosas que convienen para la perpetuación de dicha ciudad, de agua y leña y pastos que quiera, y cosas y tierra y estancias para los vecinos y moradores de ella...
El trazado que dispuso Garay comprendía once manzanas de frente por igual cantidad de fondo, otorgándole un cuarto de manzana a cada un de los 65 asunceños, reservando el centro cuadriculado para erigir la Plaza Mayor, circundada por el cabildo, la iglesia y las viviendas de ello, los hispánicos.
Se construyó de inmediato la empalizada defensiva, pues rodeaban el lugar tierras desconocidas donde se enseñoreaban los indígenas.
El sitio elegido era una zona muy rica en campos de pastoreo y de fácil acceso por el río, adquiriendo gran importancia por ser la escala obligada en la ruta a Asunción. Pero no resultó el más apropiado debido a las enconadas luchas de los aborígenes, que si bien en un principio se mantuvieron alejados, pasado un tiempo comenzaron las embestidas y saqueos.
Tan serias dificultades más las repetidas crecientes del río que inundaban la aldea, fueron causas de su lento progreso y de que los habitantes comenzaran a ver la necesidad de trasladarse a otro sitio. Así fue como el 21 de abril de 1649 el procurador Gómez Recio Solicitó al Cabildo permiso para su traslado.
Resuelto el pedido poco a poco los pobladores abandonaron la primitiva ciudad de Cayastá para asentarse a orillas del río Salado dándosele el nombre de Santa Fe de la Vera Cruz. (1653)
Las tierras en que fue refundada la ciudad pertenecieron en su origen a don Juan de Garay, quien partió de allí en 1580 para fundar Buenos Aires. Por herencia pasaron años después a Hernando Arias de Saavedra, llamado fácilmente Hernandarias.
El primitivo emplazamiento de Santa Fe fue declarado Lugar histórico por Decr. N°112.765 del 4 de febrero de 1942.Seis años después bajo las aguas del río San Javier, un greupo de arqueólogos rescató miles de fragmentos l de ese primitivo emplazamiento develando los secretos de su historia.
Como durante los siglos XVI y XVII no hubo en aquella región otra ciudad de españoles que Santa Fe, el descubrimiento de las ruinas de Cayastá, vino a confirmar lo que una tradición más que secular había afirmado con respecto al emplazamiento en Cayastá de la primitiva Santa Fe, fundada por Don Juan de Garay en 1573."